Los pasos de gigante de Javiera Riveros
La ingeniera química es el cerebro de Bolsolution, una novedosa respuesta a los problemas de contaminación por plásticos y de desperdicio de alimentos. Detrás de los éxitos de esta emprendedora, hay una vida de esfuerzo, el que fue tempranamente valorado por la UC, que la apoyó con el programa Talento & Inclusión y la Beca Leading the Way, entre otros. “Que haya gente que ha puesto dinero para becas es sumamente relevante”.
Bolsolution es una bolsa ecológica hecha a partir de biopolímeros naturales, cuyos compuestos bioactivos hacen que los alimentos se mantengan frescos por más tiempo; igualmente, el producto es compostable y biodegradable. Detrás de esta idea, que resultó ganadora de la competencia Santander X Award Chile 2021 en la categoría Launch, está Javiera Riveros, flamante ingeniería civil química de la Universidad Católica.
Javiera vive en Macul con sus padres y sus dos hermanos. Hija del medio de un artesano especializado en tableros de ajedrez y de una contadora auditor, desde siempre tuvo clara la importancia del estudio y del esfuerzo en la vida: “Era bien matea para mis cosas, tenía igual la experiencia de mi hermana y muchos consejos de mis padres de que las cosas eran difíciles para alguien con nuestra situación económica y el colegio en que estábamos, que sinceramente no era de los mejores, entonces ellos nos repetían que necesitábamos buenas notas para que la ponderación NEM nos subiera el puntaje en la PSU”.
El programa Talento & Inclusión de la Universidad Católica le marcó un primer gran giro. Esta iniciativa es una vía alternativa de ingreso a la UC que está destinada a estudiantes académicamente destacados que provengan de establecimientos educacionales municipales, particular subvencionados o de administración delegada, y que considera cupos extraordinarios en todas las carreras de pregrado. Javiera postuló y quedó, por lo que entró a Ingeniería aun cuando su puntaje estuvo cerca de 30 puntos bajo el corte de ese año (2015).
Talento & Inclusión, además, considera apoyo en el financiamiento. Gracias a eso y a una beca estatal de excelencia académica, Javiera se pudo abocar de lleno a estudiar. La partida fue compleja: “El desnivel fue bastante chocante, y mis primeros dos años fueron muy, muy duros para mí. Me di cuenta de que el método de estudio que llevé durante la enseñanza básica y media no era el adecuado, y me costó esta transición. Estudiaba mucho, mucho; nosotros con mis amigos de Talento & Inclusión, que teníamos el mismo perfil de esforzados, de tener que estudiar porque teníamos que mantenernos en la universidad, salíamos de clases y nos poníamos a estudiar hasta tarde; salíamos tipo 9-10 de la noche de la universidad y notaba que estudiaba y estudiaba y obtenía muy malas notas, y eso fue frustrante en cierto período”. De nuevo ese programa le colaboró, ya que una orientadora le ayudó a perfeccionar sus estrategias. Esto más el aliciente que significó comenzar los ramos de su especialidad, Ingeniería Química, contribuyeron a que el escenario se ordenara para Javiera y a que comenzara una nueva y estimulante etapa vital.
A dream come true
Liberada de ese estrés, Javiera comenzó a desplegarse en otros temas que le interesaban, como el deporte -estuvo probándose en la selección de Futsal de la UC y es titular en la de Futbolito de Ingeniería- y perfeccionar el inglés. La joven cuenta que en enseñanza media le costaba mucho ese ramo; al mismo tiempo, reconocía la importancia de dominar dicha lengua. Por ello, decidió postular al Leading the Way Program & Scholarships, que lleva a cabo English UC y que culmina con una beca para efectuar un viaje de estudios a la Universidad de Drexel, en Filadelfia; esto último es posible gracias a donantes agrupados en la fundación Friends UC. A esa beca se postula al final del programa, pues no hay cupos para todos. Javiera nuevamente debió echar mano a la resiliencia, pues, si bien hizo el curso, no fue seleccionada. Decidió, entonces, intentarlo de nuevo el año siguiente, aunque tuviera que ir otra vez a clases todos los viernes. Con más confianza se presentó entonces a la entrevista que determinaría si conseguiría o no el preciado viaje. A esa instancia llevó también el “germen” de la iniciativa que la ha tenido ocupada los últimos tres años, y sobre la cual se explayó con un inglés más que correcto y una actitud decidida, lo que de seguro contribuyó para que, ahora sí, obtuviera la beca. De esta forma, en enero de 2020 salió del país para pasar cinco semanas en Filadelfia, aprendiendo no solo inglés, sino que también compartiendo con personas de todas partes del mundo.
Su regreso también vino con novedades. Durante el segundo semestre de 2019 estuvo haciendo una investigación de pregrado de carácter bibliográfico al alero de la actual decana de la Facultad de Ingeniería, Loreto Valenzuela, y, específicamente, de FishExtend, plataforma de la que es fundadora la académica y que se dedica a promover tecnologías de almacenamiento y extensión de vida útil de alimentos. Javiera quería abordar dos problemáticas: la contaminación que produce el plástico, por un lado, y también el enorme desperdicio de alimentos que hay a nivel global. Al término del período, la decana Valenzuela le preguntó a Javiera cuáles eran sus perspectivas para el proyecto. “Le dije a la profe que hay muchas investigaciones que se hacen en una universidad que quedan solo en eso, pero yo quiero resolver estos problemas, y por ende quiero desarrollarlo más y que finalmente sea un reemplazo efectivo para las bolsas de plástico que se utilizan para almacenar alimento. También había visto que la profesora ya tenía una empresa, entonces me calzaba perfecto (…) Me dijo que excelente, y que, si yo no lo decía, ella me lo iba a proponer, y partimos desarrollando el proyecto”. Ese fue el nacimiento del Bolsolution.
Investigación llevada a la práctica
Javiera inició entonces el camino del emprendedor. En conjunto con el estudiante Cristóbal Concha, la estudiante de doctorado Johanna Fiallos y los académicos de Fishextend, primero fabricó un prototipo. Una colaboración con la USACH le permitió realizar los ensayos mecánicos sin costo, pero para los de permeabilidad necesitaba recursos. Así fue como ganaron los concursos “Aplica tu idea”, de la Fundación COPEC UC; Santander X Awards -donde obtuvieron el segundo lugar a nivel nacional- y finalmente un Corfo. Luego se enteró de otro concurso de Santander, llamado Explorer X, consistente en tres meses de formación intensiva en emprendimiento. Les fue bien: seleccionaron a Bolsolution como uno de los 5 proyectos chilenos que viajarían a Europa al Congreso de Innovación, que se efectuó a mediados de este año. Así fue como Javiera partió primero Madrid y luego a Oporto, Portugal, donde, haciendo gala de su inglés, se codeó con jóvenes empresarios, inventores y mentores de todo el mundo. No solo eso: el proyecto fue elegido entre los 11 mejores entre los más de 100 que participaban, por lo que podrá ser parte de un programa del Babson College que le ayudará a seguir escalando su sueño.
Ahora Javiera está buscando financiamiento para saltar a la fase industrial: “Mis dos principales focos son poder desarrollar este producto, finalizarlo, y mejorar como profesional en el mundo del emprendimiento. Me imagino siendo la CEO de una empresa tecnológica de productos que ayuden al planeta, que sean sustentables y a la vez tecnológicos; que yo pueda aplicar la ingeniería y la química en estos proyectos y que pueda liderar una empresa de este estilo, de iniciativas que marquen la diferencia a nivel mundial”. Para lograr el objetivo de comercializar Bolsolution, Javiera está permanentemente asistiendo a rondas de negocios y se presenta ante potenciales inversionistas, experiencia donde nuevamente su resiliencia ha sido muy útil: “Requiere harto esfuerzo, harto trabajo, harta perseverancia, porque ha habido muchas empresas con las que he conversado que nos han dicho ‘no, no nos tinca tu proyecto’, o ‘sí, me tinca, yo te voy a contactar’ y finalmente no lo hacen. Hay varias puertas cerradas, pero también hay que aprovechar las abiertas. Hay que seguir persistiendo, uno no tiene que desistir si es que cree que su idea tiene alcance para poder llegar al mercado e influenciar la industria”.
Antes de seguir su camino, Javiera vuelve hacia atrás y recuerda a su alma mater y a los programas Talento & Inclusión y Leading the Way, y cómo le cambiaron la vida. “Esto no hubiera sido posible si yo no hubiera tenido la beca Talento & Inclusión”, afirma. De la misma forma, asegura que en un futuro le gustaría seguir el ejemplo de los miembros de Friends UC y convertirse donante de la Universidad Católica: “Que haya gente que ha puesto dinero para estas becas es sumamente relevante, y yo, cuando esté en una situación económica más sostenible, voy a hacer lo mismo por otro tipo de personas. Me gustaría apoyar el Programa Leading the Way o Talento & Inclusión para que personas como yo, de escasos recursos, que han tenido un nivel socioeconómico bajo, que han tenido dificultades para poder estudiar, puedan lograrlo finalmente y puedan desarrollarse más allá de eso”.