Desarrollo Académico e Investigación: Dos claves estratégicas para dar un salto en la calidad de la educación superior
Recientemente el diario “El Mercurio” ha publicado un inserto especial referente a la importancia de la investigación realizada en las universidades chilenas.
Recientemente el diario “El Mercurio” ha publicado un inserto especial referente a la importancia de la investigación realizada en las universidades chilenas. Sus artículos reflejan la necesidad que tienen los planteles nacionales por incrementar la dotación de investigadores, como un elemento gravitante en el mejoramiento de la calidad de la educación superior en Chile. El Mercurio plantea que “es indispensable que se favorezca la inserción en la academia de un mayor número de doctores para que las plantas nacionales sean más competitivas a nivel global y no continúe creciendo la brecha con las casas de estudio que lideran esta materia en el mundo”.
Académicos con doctorado en las universidades chilenas (SIES, 2014)
Universidades estatales 22%
Universidades privadas 7%
Universidades del grupo G9 del Consejo de Rectores 27%
Al respecto, Andrés Bernasconi es categórico: “Faltan recursos y faltan investigadores”. En su artículo “Desafíos del futuro de la educación superior chilena”, publicado por el Centro de Políticas Públicas UC (junio 2017), apunta que de acuerdo a “la última Encuesta Nacional sobre Gasto y Personal en I+D, levantada en 2015, solo había 3.600 investigadores activos en la educación superior chilena en el año 2014, y solo 2.238 entre los investigadores y personal técnico y de apoyo tenían doctorado”. Estas cifras —plantea— dejan en claro que Chile aún no cuenta con los recursos humanos instalados en las universidades para dar un mayor sustento a la investigación.
Para este investigador, uno de los cuellos de botella que se producen en este tema es la falta de renovación de las plantas académicas en las universidades que carecen de los mecanismos para generarla, especialmente las estatales, lo que se traduce en plantas académicas anquilosadas y de baja productividad, que bloquean el ascenso de los jóvenes investigadores.
“Definitivamente es indispensable que el Estado favorezca la inserción en la academia de doctores recientemente formados si es que quiere que las universidades más competitivas no pierdan terreno respecto de las líderes globales y aumente la brecha que las separa. En este sentido, el personal académico es la variable más importante en la calidad de una institución de educación superior, y sin inversión en su desarrollo, no habrá ganancias en calidad”, señala Bernasconi en su artículo.
Es en este contexto nuestra universidad ha desarrollado un proyecto que busca dar respuesta a los desafíos que implica mejorar la calidad de la docencia y aumentar las investigaciones de punta con impacto país al interior de la UC. El Proyecto Endowment busca transformar a la UC en una universidad de clase mundial, por medio de la recaudación de fondos que se dirigirán a tres focos: desarrollo académico, investigación e innovación y becas.
Estos indicadores nos ayudan a situarnos respecto de lo que aún tenemos pendiente: en la medida en que logremos atraer a nuestras aulas académicos de renombre mundial, que junto con realizar investigaciones de alto impacto en la sociedad sean capaces de transmitir este conocimiento a nuestros alumnos, podremos situar a la UC y sus estudiantes a la vanguardia en la generación de conocimiento, que ayudarán en el largo plazo, en el proceso de transformación de Chile en un país plenamente desarrollado. Actualmente nuestra universidad se sitúa en el lugar N° 137 a nivel mundial según el Ranking QS. Este estudio, uno de los más prestigiosos y de mayor credibilidad en cuanto a la evaluación de universidades, pondera una serie de requisitos en su análisis: reputación académica, reputación según empleador, citaciones por académicos, relación entre número de profesores y número de estudiantes, profesores internacionales y estudiantes internacionales.